Caminando por el mojado asfalto,
tacones firmes, sonoros, coqueta se contornea,
porque ella, mujer ha nacido
y mujer como pocas es ella,
mi amiga la Ely.
Hembra ardiente es ella,
sus amantes son tantos,
que después de mil orgasmos
incluso el alma hiere.
Sus piernas son lazos que envuelven un regalo,
¡pero no!, el regalo es ella.
Con sólo una noche a los hombres enloquece,
con sus labios rojos, sabios, redondos y abiertos
la piel de sus amantes conmueve.
Sus cabellos son oscuros y salvajes
como la sangre que por sus venas hierve;
sus pechos son enormes y firmes,
por eso ella siempre pisa fuerte.
¿Qué buscas negra mía?,
eres hembra, pero las hembras,
sólo un macho en la vida quieren;
mas tú, en tu cama, mil besos de mil amantes tienes,
pero ellos al verte sedienta,
sólo una noche te ofrecen.
Tú en tus días, después de abrazadoras noches
sola en tu cama de mil huellas,
de frío y soledad, por tí mueres.
Seguirás buscando, seguirás amando;
infructuosamente te seguirás regalando,
por si algún día el hombre de tus sueños viene.
Yo sé que noches en velas,
su almohada de lágrimas como dagas, llena.
Una vida de amor, sin amor,
hasta los sueños más intensos rompe,
aún así tú seguirás creyendo,
con tu corazón de pasión y fuego.
Algún día encontrarás
un amor sincero y bueno,
y en tu cama ya sin huellas,
sin preguntas, él feliz se quede.
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