
Sentada en una esquina,
Soñaba la niña negra.
Todos la miraban,
Pero nadie quería jugar con ella.
Grandes ojos oscuros,
Tenía la niña negra,
Tan grandes y profundos,
Grandes como sus sueños,
Pero nadie, nunca, jugaba con ella.
Piernas, cuello, espalda, pechos y su entrepierna,
Todo, todo se avergonzaba al verla...¡¡ pobre niña negra!!
Al azul de las aguas
Que hoy he visto un maravilloso mar
¿por qué el negro de sus ojos no me gusta igual?
Pobre niña negra,
Se quedará para siempre en su pedregal
Y al cruel grito de otros ojos
La niña negra obedecerá.
¡¡¡Si!!! ha nacido para oír la soledad.
Negro también destino
De no haberse dignado a verla nunca igual
En aquellos ojos marrones
Donde se vio por siempre el mar.
Ilusa naturaleza
Que vio en ella felicidad,
Mas tanto le ha dado,
Pues tanto más, le ha de quitar.
Pobre niña negra
Por tu piel, nunca soñarás la verdad,
Pues ella se ha concebido
Para los que viven mirando el mar.
Seguirás en tu esquina mirando la tierra
Y tu cuerpo negro y conciencia negra,
Rogará para que en ella perecerá.
II
Y sigue la niña negra,
Danzando con las olas del mar.
El mar la besa,
El mar la abraza,
El mar la vuelve a besar.
La luna y las estrellas
La miran con felicidad.
Han vertido polvo de luna,
Polvo de estrellas
En las olas del mar.
Para así a mi niña negra,
Darle luz eterna en su mirar.
Que su cuerpo será negro,
Pero sus ojos ya no lo serán más.
Porque un hombre de luna la busca,
Un hombre de luna
Muy pronto la encontrará.
Y su corona de flores y coral
A los pies de mi niña negra,
Él orgulloso pondrá.
Y mi niña negra con sus ojos de luna,
Verá al fin la verdad.
Serán dulces los besos del amante,
Como de amor está llena la felicidad
Y juntos sembrarán hijos
En las nubes, tierra y mar.
En las nubes, tierra y mar.
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