domingo, 7 de diciembre de 2014

Niña Negra


Sentada en una esquina,
Soñaba la niña negra.
Todos la miraban,
Pero nadie quería jugar con ella.

Grandes ojos oscuros,
Tenía la niña negra,
Tan grandes y profundos,
Grandes como sus sueños,
Pero nadie, nunca, jugaba con ella.

Piernas, cuello, espalda, pechos y su entrepierna,
Todo, todo se avergonzaba al verla...¡¡ pobre niña negra!!

Al azul de las aguas
Que hoy he visto un maravilloso mar
¿por qué el negro de sus ojos no me gusta igual?

Pobre niña negra,
Se quedará para siempre en su pedregal
Y al cruel grito de otros ojos
La niña negra obedecerá.
¡¡¡Si!!! ha nacido para oír la soledad.

Negro también destino
De no haberse dignado a verla nunca igual
En aquellos ojos marrones
Donde se vio por siempre el mar.

Ilusa naturaleza
Que vio en ella felicidad,
Mas tanto le ha dado,
Pues tanto más, le ha de quitar.

Pobre niña negra
Por tu piel, nunca soñarás la verdad,
Pues ella se ha concebido
Para los que viven mirando el mar.

Seguirás en tu esquina mirando la tierra
Y tu cuerpo negro y conciencia negra,
Rogará para que en ella perecerá.
         
                       II

Y sigue la niña negra,
Danzando con las olas del mar.
El mar la besa,
El mar la abraza,
El mar la vuelve a besar.

La luna y las estrellas
La miran con felicidad.
Han vertido polvo de luna,
Polvo de estrellas
En las olas del mar.

Para así a mi niña negra,
Darle luz eterna en su mirar.
Que su cuerpo será negro,
Pero sus ojos ya no lo serán más.

Porque un hombre de luna la busca,
Un hombre de luna
Muy pronto la encontrará.
Y su corona de flores y coral
A los pies de mi niña negra,
Él orgulloso pondrá.

Y mi niña negra con sus ojos de luna,
Verá al fin la verdad.
Serán dulces los besos del amante,
Como de amor está llena la felicidad
Y juntos sembrarán hijos
En las nubes, tierra y mar.

martes, 2 de diciembre de 2014

La Jungla


El alcance de nombres de personas o hechos que figuren en esta historia, es sólo coincidencia y no tiene relación alguna con la realidad, pero....

Sábado por la noche, envío un whatsapp a mis amigas para saber en qué plan están, puesto que el amor de mi vida me ha dado plantón, tiene mucho trabajo así que no nos veremos este fin de semana. Para mis adentros pienso, más vale que ahorre lo suficiente para comprarme el anillo en Tiffanys, ya que a menudo tengo que aguantar sus ausencias por culpa de su trabajo; yo estoy que apenas se descuide, lo rapto, lo llevo a una iglesia y... ¡¡me caso con él!!!, le doy tres morenitos divinos, ¡¡uno detrás de otro!!!!.ohh ¡¡cuánto los voy a querer!!!

 Después de mil mensajes con mis amigas quedamos por Santa Catalina (barrio bohemio de Palma) a cenar a las diez y luego una copita por la zona en plan tranquilo. Poner a parir a los hombres es nuestro tema estrella, ¡¡se lo merecen!!. Yo sólo tengo cosas bellas para el mío, bueno, guapo, inteligente, culto, divertido, trabajador, generoso, 22 cm., toda la noche.

 Procedo a emperifollarme, pongo música de los 80, Madonna, "when you call my name it´s like a angel prayer " yiiiiiiijaaaaaaaaaaaaaaaaaa me voy animando. Bailando bajo la ducha y con el pantene pro-v como micrófono, que bien me lo paso. Pienso en depilarme pero y ¿pa qué? si no habrá "conga" esta noche, no veré al hermoso de mi corazón, pues nada, naturaleza salvaje. Salgo de la ducha, cremita de aroma a jazmín, mi favorita; nivea roll on, vestidito bonito, tacones, por supuesto, maquillaje y perfumada de Dior. Al terminar, una selfie para enviar a mi amor, la envío, a lo cual responde, ¡¡estás impresionante!! ¡¡te como!! - ¡¡cómemeee!! digo yo, tengo que trabajar cariño, me dice; carita triste, respondo.

 Cojo mi cochecito, sintonizo Rock FM y parto a Santa Catalina. Las dos brujas están esperándome en el Urban Sushi un sitio que se come exquisito, es lindo y se llena de guaperas, yo sólo los miro.

 Silvia y Ana, mis dos amigas solteras ya están en el restaurante, andan un poco triste las dos. A Silvia la ha dejado su novio de años, él le ha dicho que necesita espacio y tiempo, que está "confundido", yo le digo que se vaya a dar una vuelta con los de la NASA ahí encontrará todo lo que necesita, espacio y tiempo ¡já!. A Ana le toca uno peor que el otro, es demasiado divina para la panda que anda por ahí. Las dos chicas están en la barra del restaurante esperando mesa. Al momento que voy entrando toda risueña, saludando a mis amigas y doy un breve vistazo a la gente que hay  .... me quedo paralizada, sin respiración. Todo lo que viví desde hace seis meses atrás hasta ahora pasa como un flash por mi mente en un segundo. ¡¡Clara!!! me dicen mis amigas, ¿qué te pasa?? vámonos de aquí, digo yo, con firmeza. Si las miradas pudieran matar, la mía llevaba misiles y lo hacen estallar a él y a su acompañante. El amor de mi vida, a quien pensaba raptar,  llevar a una iglesia y dejar descendencia en este mundo antes divino y ahora cruel, está atragantado comiendo sushi con otra mujer. Después de 6 segundos y una tercera guerra mundial de miradas, salgo de ahí sin decir una palabra. Mis amigas salen detrás de mí, sin entender nada, no lo ven.

 Ya a una manzana del lugar del crimen, las chicas me interrogan. Entre susurros logran entenderme, el ex amor de mi vida y que de ahora en adelante pasará a llamarse maldito, asqueroso, innombrable canalla,  hdp. Hace dos días atrás estaba en mi cama y ahora cenando con otra, muy guapa y muy alta la chica, parecía una modelo, ¡¡una jirafa!!!. Con razón siempre me decía que yo era muy pequeña, yo respondía que en vertical llevaba tacones y que en horizontal daba lo mismo, que calzábamos perfectamente. Muy triste, miro mi teléfono, ninguna llamada, volteo a ver si ha salido en mi busqueda, quizás esté buscándome por el barrio y diga: "te presento a mi hermana, o a mi prima", buaaaaaaaaaaahhhhh ¡¡me quiero morir!!. Arrastrándome voy, no puedo con mi cuerpo, mi ego y orgullo herido los llevo a rastras, pero debo cargarlos porque de lo contrario iría a lanzarme a las líneas del tren.

Mis amigas intentan consolarme. Quiero irme a casa, lágrimas negras caen por mi rostro, el maquillaje se ha estropeado. Me quiero morir, estoy muy triste; de eso nada, monada, replican ellas a coro. Te quedas con nosotras y nos vamos de marcha hasta que salga el sol. Vamos a retocar tu maquillaje, luego a cenar y a emborracharnos porque es noche de chicas solteras yujuuuuuuuu. La romperemos esta noche, dicen ellas, ningun tarado vale una lágrima, así que ¡¡fiesta!!. Finalmente logran convencerme y vamos a hincharnos a grasientas pizzas, me bebería 5 litros de vino ¡¡lo juro!!! Llevo 80 euros en los bolsillos y la visa que aún le queda cupo, los voy a hacer chilpe esta noche.  No logro sacarme la imagen de la cabeza, maldito hdp. He sido una ingenua; tanto trabajar, trabajar; lo que hacía en realidad era ¡¡trabajársela!!!. Me quiero morir, ¡¡salud!! replican mis amigas, ¡¡hay tantos peces en el mar!! tonta, dicen ellas.

Después de las pizzas y de dos botellas de vino, ponemos rumbo al  Paseo Marítimo; lugar de pubs y discotecas por excelencia en Palma. Entramos a un local atestado de chicos, huele a testosterona, respiro profundo; voy olvidando mis penas. Ellos nos miran con cara de hambre. Nos metemos al lavabo, maquillaje otra vez, un par de chistes; ya siento la música en mi cuerpo, noche de chicas solteras ¡¡vamos a disfrutar!! a la mierda los hombres mujeriegos, esta noche nosotras seremos hombreriegas y que ¡¡os den!!. Tres lobas en celo y hambrientas. Carga más el pintalabios, más perfume, me desabrocho otro botón del escote, no hay mucho que enseñar, pero ¡¡da igual!!; acorta ese vestido Silvia, suéltate el pelo Ana. Lobas en celo allá vamos, esta noche ninguna vuelve sola a casa ¡¡aauuuuuuuuuuuhhhhhhh!!!. Salimos del baño todas divinas, diosas a conquistar el mundo y más allá.  Todo lo que se mueva y tenga rabo...¡¡cuidado con nosotras!!!. Nos ponemos en la barra, tres gin tonic, por favor. Empieza la caza, sin piedad...

Después de varias rondas de gin tonics, de bailes, de cachondeo, de risas, de un ir y venir de tíos, pero ninguno interesante; nos dan casi las dos y yo estoy como dicen los judíos: "sin perdón, ni olvido". La discoteca ya está a tope y alguno que otro semental, de esos que a mí tanto me gustan, anda rondando por ahí. Nosotras bailamos, reímos, alzamos copas y ¡¡salud!!. Aún es muy pronto para decantarnos por alguna presa, pero seguimos atentas pastoreando el ganado. Con Rihanna y todo el pop en su esplendor, llega un rebaño interesante. Cuatro guapitos, bien vestidos y de todo mi gusto, uno sobre todo. Nosotras, que a esa hora el alcohol corre a destajo por nuestras venas, vamos desatadas. Las lobas han encontrado bocado, solomillos de primer corte ¡¡aaaggrrrrrrr!!!

Los cuatro chicos se acercan a nosotras, miradas van y vienen. Se sitúan a nuestro lado y nos empiezan a meter conversación. Después de dos canciones de David Guetta, Silvia y Ana ya se han decantado y yo también, afortunadamente en cuanto a hombres, no tenemos los mismos gustos, en cuanto a zapatos y bolsos, solemos agarrarnos de los pelos. Las chicas no paran de sonreír con los galanes. Uno del grupo no para de hablarme, es él que más me gusta y yo ya sé donde quiero hincar el diente esta noche mmmmm tiene cara de tierno, unos brazos y un torso que ya lo imagino en mi cama, encima de mí como un toro y de lidia; le enseño mi mejor sonrisa, simulo bailar a ver si se anima a bailar conmigo.Yo hablo con él aflablemente; voy donde Ana y le pregunto al oído, ¿me huele el aliento? ¡¡Claro que no!!, responde ella. Saco de mi bolso un dulce de menta y un poco más de mi Pure Poison de Dior, a ver si con mi lujuriosa pócima cae rendido a mi mesa este solomillo andante.  Bueno, veo que hay otro que me está toreando más allá, le daré un poco de bolas a ver si el que me gusta está interesado como yo quiero, pues si, se acerca el primer galán más y más y yo espero que no sea de estos que con tres copas sólo puedan levantar, eso, copas. No está mal el chico, aunque a estas horas no es sangre lo que corre por mis venas, es guapito, alto,  interesante, bailamos, se acerca, me canta al oído (mejor me alejo) estamos muy cerca el uno del otro uffff  ¡¡qué calor!! creo que me lo llevaré, hmmmm he cazado o he sido cazada, ¡¡da igual!!. Lo imagino en mi cama dándomelo todo y .... ¡¡horror!!! recuerdo, no me depilé, ¿qué voy a hacer!!? Ya me las arreglaré. Seguimos bailando, pienso, en un par de horas más, ya verás; podrás hacerme de ¡¡TODO!! ¡guapo! y yo a tí, también ¡¡aagggrrrrrrr!!. Está entusiasmado, se acerca, me abraza, se ríe, me coge de la cintura, me gusta, le gusto, me pone... uuuffffff. Se nos acaba el gin tonic, él se acerca a la barra y pide, pero sólo para él, ¡¡joder!! que feo, que desilusión; por diez euros que vale una copa se queda sin ver mis aposentos y sin conocer mis fechorías y todo lo que ya había planeado hacerle. Debo decir que ante todo, para mí, un caballero y éste no lo es, no le perdono; alzo bandera blanca y con educación emprendo retirada. Me acerco a la barra y pido mi quinto gin tonic, pago (a estas horas con la visa), doy un largo sorbo y me dirijo al lavabo; retoco mi maquillaje, aleono mi pelo y voy a la guerra otra vez ¡¡Esta noche no duermo sola!! es el grito de guerra ¡¡aauuuuuuhhhhhhh!!!. No doy más bola a los dos del grupo de guaperas y bien vestidos porque yo lo valgo. Bailo sola en medio de la pista ya son más de las cuatro, de repente suena Gloria, de Umberto Tozzi, mi canción y yo me siento como Gloria, en la película Gloria, bailando Gloria que es una alegoría a las derrotas de la vida (de esas tengo bastantes), pero es también un saber levantarse con más ahínco aún y me encanta. Aquí estoy yo, Clara,  bailo, cierro mis ojos, disfruto, es mi momento, es la Clara que más me gusta, libre, alegre, feliz y bien borracha. Mientras me regodeo en mis pensamientos, veo que uno me ha fichado, se acerca directo hacia mí en medio de mi baile, yo giro rapidamente y le doy la espalda. Sigo bailando, otro hace exactamente  lo mismo y yo le vuelvo a dar mi espalda; me parto de risa, es mi canción y quiero disfrutarla sola, voy a tope. Se termina Gloria, pero la vida sigue y yo me siento gloriosa.

Voy a  buscar a mis chicas, no las encuentro por ningún sitio; imagino que estarán gimiendo de placer y mirando hacia Cuenca en alguna habitación perdida en medio de la oscura cuidad, pues no, están el lavabo. Estos chicos son unos tarados, me dicen.  Te dan unos agarrones y si les dices que paren se van a por otras. ¡¡Vaya por Dios!!! digo yo, ¡¡gilipollas!! con lo hermoso que es conquistar a una chica siendo un gentleman. Volvemos al ruedo, cada vez hay menos gente y lo que va quedando va de "pior a pior" vemos a nuestros ex solomillos, que ahora ya no dan ni para asado de tiras, acompañados con unas feas y vigotudas, vamos, rastrojos. Joder, digo yo, ¡¡Dios existe!!!.

Decidimos emprender rumbo a casa, arrastrando tacones por el paseo Marítmo, con la desazón pintada en el rostro y por desgracia sólo el rabo de lobas derrotadas metido entre las piernas, vamos a coger nuestros coches y nos largamos. Mañana será otro día, hemos perdido la batalla, pero no la guerra, aaauuuuuuuuhhhhhhhhhhhhaaaaaaaaaaa

Conduzco despacio con la cabeza llena de pensamientos en esta noche loca, veo pasar un Honda Civic negro, es el mismo modelo del coche del malditocanallahdp, estiro mi brazo por encima del volante, incorporo mi cuerpo y con mi brazo amplio y mano abierta, lanzo un plegaria: "maldito hijo de puta (hdp) que te den"  buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh

Rumbo a la Escuela


Los diez pesos
Una moneda de diez pesos, que ahora tiene un valor de poco más de un céntimo, hace 25 años atrás tampoco valía mucho más, pero cuando se tienen siete años, con diez pesos podías comprar la felicidad y además tenía sabor ¡¡a chocolate!!

Llamaba especialmente mi atención la cara de la moneda, era la imagen de una mujer, un ángel de cabellos largos e inmensas alas, tenía los brazos alzados al cielo rompiendo cadenas, daba la impresión que gritaba libertad y, de hecho, la palabra libertad estaba escrita en la  moneda ( Tenía connotaciones políticas la imagen, conmemora el Golpe de estado de 1973 ). Yo era una niñita de siete años, ni idea del contexto político de Chile, simplemente me gustaba ese ángel liberado y lo que podíamos comprar con esos diez pesos mis amiguitas y yo cuando saliamos de la escuela a las dos de la tarde.


De camino a la escuela
La única escuelita que había en la zona se encontraba a una hora de camino de mi casa. Ni coches, ni autobuses, ni bicicletas. A pié, lloviera, tronara o relampagueara, nosotras entre juegos y risas, caminábamos cada día. Yo era la que vivía más lejos y después que mi madre amarrara mi pelo en una inmnesa coleta, colgara mi pesada mochila llena de cuadernos a mi espalda y me daba mis "10 pesos"; yo partía a las siete de la mañana en busca de mis amiguitas Lily y María para emprender juntas el rumbo a la escuela. El punto de reunión era la casa de María, desde ahí las tres con la mochila a cuestas, una amplia sonrisa, la cara bien lavada y la ropa limpita emprendíamos nuestra aventura diaria. Íbamos por todo el camino esquivando charcas, huyendo de perros bravos y de ganzos hambrientos que pretendían picotearnos nuestras huesudas rodillas; rezando por fantasmas malvados que vivían en árboles misteriosos, acortando caminos por medio de potreros y acantilados, jugando a ser hermosas princesas prisioneras en castillos de piedras con vistas al valle. Todo ésto lo hacíamos al ritmo de rancheras que no parábamos de tararear en todo el trayecto. Las personas con las cuales nos cruzábamos en el camino nos llamaban las "niñitas cantoras" nos saludaban cariñosas y nosotras educadas, devolvíamos el saludo a coro, naturalmente.

Era toda una fiesta hasta que nos cruzábamos con "Capula", un viejo arapiento, que siempre llevaba una pala atravesada en su hombro y botas embarradas. Le teníamos muchísimo miedo, se rumoreaba que estuvo preso muchos años por matar  a un hombre y lo más terrorífico era que con esa misma pala había cavado su tumba, enterrándolo a "medio morir saltando". Cuando lo divisábamos, apurábamos el paso, no osábamos levantar  la vista y un sudor frío se apoderaba de nuestros cuerpos.
Otro personaje que solíamos encontrar a diario en nuestro camino, era "el Lucho carnicero", (célebre vendedor de carne, como lo hace notar muy claro su apodo) venía todas las mañanas en dirección contraria a la nuestra. Él viajaba en su bicicleta con un cajoncito lleno de carne que llevaba en la parte trasera de su bici, mercancía que iba vendiendo de casa en casa. Buenos días señoritas, nos decía, buenos días señor, respondíamos las tres, agregando al unisono siempre la misma pregunta, ¿qué hora es? y él muy astutamente y con una amplia sonrisa miraba su reloj y nos decía la hora con 30 minutos de adelanto, a fin de que nos diéramos prisa en llegar a clases, sabíamos que nos mentía y por eso le llamábamos "el Luchín mentiroso".
A las ocho sonaba la campana y empezaban las clases, siempre y por una extraña razón, llegábamos tarde.

Compartir
Si era una niña buena y me portaba bien, mi madre me daba los diez pesos. A Lily y María le daban la misma cantidad y como con éso, individualmente, nunca nos alcanzaba "pa ná", nos la ingeniábamos juntando los diez pesos de cada una y así los convertíamos en  ¡¡30 pesos!! ¡¡todo un dineral!!
Cuando salíamos del cole a las dos de la tarde, nos íbamos de cabeza al quiosco de "ña Chila", que a esa hora solía dormir placidamente la siesta. Ella amablemente se levantaba a atendernos y nos enseñaba todos los chuches que costaban 30 pesos, aveces no nos poníamos de acuerdo sobre lo que queríamos comprar, pero finalmente reinaba la democracia, un día María elegía algo, al otro día Lily y al otro día escogía yo, así sucesivamente (siempre eran chuches, mi favorito era el súper8 una barrita de oblea bañada en chocolate que justamente costaba 30 pesos) Una vez hecha la deliciosa compra, "ña Chila" sacaba un afilado cuchillo, partía la dulce compra en tres partes iguales; nos íbamos de vuelta a casa cada una con su pequeña ración, pero con una gran sonrisa que además sabía a chocolate. Daba lo mismo que hiciese sol o  frío, volvíamos riendo con nuestras pesadas mochilas devuelta a casa. Recuerdo como sufría las veces que mi madre me castigaba y no me daba los 10 pesos, por dejar de ser una buena niña, pero mis amigas que no sólo eran buenas, sino que también generosas, siempre compartían conmigo las golosinas, cuando yo no llevaba dinero.



Lily, mi amiga especial.
Mi amiguita Lily era una personita bastante especial, siempre llevaba consigo su pequeña muñeca llamada "Cindy", eran inseparables; hablaban entre ellas, aunque yo nunca pude escuchar a Cindy, a pesar de que puse todo mi empeño.
La madre quedó embarazada de Lily siendo muy joven, el padre en cuanto se enteró, las abandonó no queriendo saber nada más de ellas. Mi amiga tenía pánico a su padre,  muchas veces nos cruzábamos con él en el camino. Recuerdo un día que volvíamos del colegio a casa, acortando caminos, cruzamos por medio de un potrero, donde habían decenas de ovejas pastando, estabamos felices cabalgando "a pelo" cuando de improviso apareció su despreciable padre, para ella fue como ver a Satanás; huyó corriendo y gritando despavorida sin rumbo fijo, las ovejas hicieron lo mismo y mi lanudo corcel me fue a tirar en medio de una zanja, quedé empapada en lodo, ni Dios me salvó de la paliza de mi madre horas después. Luego de recuperarme de la caída, María y yo salimos en su búsqueda. Después de un rato, en medio del camino hallamos el cuerpo decapitado de Cindy, sólo su cuerpo, no su cabeza. Por la gente que nos topábamos supimos que seguía corriendo y llorando a grito "pelao" como si la siguiera don Diablo,  sólo llevaba la cabeza de la muñeca entre sus manos. A pesar de lo mucho que corrimos para alcanzarla, nunca lo conseguimos. Al día siguiente vimos a Lily como si nada hubiera pasado, le entregué el cuerpo de la muñeca, ella los unió y... empezaron a hablar nuevamente. Y aunque lo volví a intentar, no conseguí oír a Cindy.

Lily  había sido criada por su abuela a quien ella llamaba cariñosamente mamita; era una vieja bastante misteriosa, siempre llevaba la cabeza amarrada con un pañuelo blanco, me miraba fijamente y yo me paralizaba. Todo el mundo decía que era bruja, de esas que vuelan en escobas. Yo nunca logré verla volar, pero había gente que lo juraba, también se decía que en noches de luna se le veía con una gran fogata haciendo sahumerios, tenía una mirada torva que erizaba la piel.


María, mi amiga religiosa
María viene de una extensa y estricta familia católica, en su casa se rezaba antes de cada comida, no podía volar "ni una mosca" en esos momentos, como tampoco cuando su padre se encontraba en casa. María era la menor de diez hermanos cinco hombres y cinco mujeres. Me ancantaba ir a su casa, era una fiesta constante... ¡¡tanta gente para divertirse!!! Sus hermanas mayores jugaban conmigo a maquillarme, a peinarme y a vestírme con sus bonitos vestidos, yo era una muñequita para ellas.
Entre vestidos y peinados pasabamos tardes enteras viendo telenovelas, cuentos de hadas en carne y hueso de tres a seis de la tarde por el televisor donde aparecían hermosos galanes que nos hacían suspirar a todas. Eran bellos, elegantes y educados príncipes, a los cuales nunca encontrarías en las calles del pueblo, príncipes ajenos que de encontrarlos, nunca se fijarían en nosotras, ilusas campesinas.
Juana, era la hija mayor, tenía más de 30 años nunca había tenido novio ni había besado a chico alguno.Su hobby era coleccionar revistas con los personajes de las telenovelas que tanto nos gustaban, tenía cientos de revistas con románticas portadas y en sus páginas interiores maravillosas vidas de gente perfecta, siempre sonriendo y en impresionantes mansiones. Nuestra vida soñada yacía apilada en una vieja estantería carcomida por las polillas


El Profesor
Don Vicente a quien cariñosamente llamábamos tío Wily, era el Director y único profesor del Colegio, siempre nos esperaba a la entrada con una varilla en la mano; la levantaba en señal de enfado y después nos guiñaba un ojo, con eso nos daba la orden de limpiarnos los zapatos y quitar el polvo de la ropa, luego reía a mandíbula batiente  "¡¡pa´dentro!!", nos decía, "¡¡a estudiar!!". Entre juegos entrábamos a clases, éramos sus alumnas aventajadas, las tres nos sacabamos "puros sietes" (nota máxima en Chile), veníamos del quinto pino a su escuelita, además nos portábamos bien, éramos alegres y educadas.

El tío Wily era toda una celebridad en el pueblo; cuarentón, buena pinta y bigote varonil. A las madres les temblaban las bragas cuando lo veían y él se dejaba querer por todas. A diario la clase se nos llenaba de madres con escotazo, minifalda y pachulí, que se paseaban por la escuela preguntando por la conducta y rendimiento de sus retoños, aveces eran tantas las madres preocupadas por el bienestar del niño que solían pelearse y armar escándalos entre ellas para ser atendidas las primeras por el tío Wily.
Hubo una época que al parecer tenía problemas, decía la gente, que el profesor se caía "pesado al tinto", pasaba bebiendo en la cantina del pueblo todos los santos fines de semanas a causa de un mal de amor. Recuerdo un lunes en que llegamos con la intención de entrar a clases, pero la escuela estaba cerrada a cal y canto con un inmenso candado y ni rastro del profesor. Con mis amiguitas no sabíamos qué hacer, sí volver a casa o ¿qué? Estábamos todos los alumnos en la misma situación (no habían teléfonos, ni whatsApp, sólo señales de humo, pero por esa época eran muy confusas). En el cole nos daban el desayuno y la comida y, luego de una hora de camino en ayunas, las tripas tronaban. No sabíamos para donde tirar, hasta que al cabo de un  rato apareció el tío Wily con las llaves en su mano, iba vestido con su mejor "pinta", recién duchao, de camisa blanca y corbata y con un ojo "morao". Nos abrió la escuela y ordenó a la cocinera que nos preparara el mejor menú de la semana. Tal como vino, se fue; haciendo eses por el camino.
Según chismorreaba la cocinera con algunas madres "tan preocupadas", por "enamorao" al tío Wily le había caído una "mata de combos" en la cantina  del pueblo la noche anterior; le dejaron la nariz mirando "pa´ la Argentina" y que todas las mozas se metieron a defenderlo "a botellazo y taconazo limpio", todo esto, en medio de una gresca monumental; lo importante fue que los contrincantes habían "quedao  pior", según las malas lenguas.

 Aquel día, fue el  más bonito que recuerdo de mi época escolar. No hubo clases, jugamos todo el día a mil juegos en la cancha de tierra con mis compañeritas... y con Joselito, el más guapo de todos los chicos de la escuela. Jugamos al "pilla pilla", él sólo me buscaba a mí y yo a él y nos sonrojábamos, todo iba perfecto hasta que tropecé, terminé llorando y con las rodillas peladas. Todos se burlaban de mí, menos él, fue muy atento y cariñoso conmigo. Sólo paramos de jugar cuando la cocinera gritó:  ¡¡a comer!!. El menú era porotos con riendas  ¡¡cómo olvidarlo!! Joselito entre risa y risa, me regaló su postre, una deliciosa pera madura, yo le regalé mi mejor ronrisa.


Epílogo
"Lucho carnicero" lo vi la última vez que estuve en mi pueblo, volví a preguntarle la hora y él, graciosamente, con su amplia sonrisa y como de costumbre me la dió adelantada, una vez más. Ahora tiene su propia carnicería y sigue vendiendo carne de casa en casa, pero ya no lleva una bici, ahora lleva un 4x4.

" Capula" pasó sus últimos años en años en un asilo de ancianos del cual se fugaba cada vez que podía porque no le premitían fumar, hace dos años que murió.

"Doña Chila" aún tiene su quiosco el frente de la escuela, tiene tres hijos, uno murió en un accidente de tráfico, aún no tiene consuelo. El hijo menor ha ido a la Universidad, motivo por el cual ella está muy orgullosa.

" Lily" mi amiguita especial, vive en el norte de Chile, se casó con un minero, tiene dos hijos. Hace 25 años que no la veo.

"María"mi amiguita religiosa, la veo de vez en cuando cuando voy a mi pueblo, pero no hablamos. Según sé de ella y a los diez hermanos, ninguno se casó y  nunca se les conoció novio o novia alguno/a, respectivamente. Todos llevan una vida tranquila y sin sobresaltos. Cantan todos los domingos en el coro de la iglesia del pueblo.

"El tío Wily" está felizmente casado con la guapa enfermera del consultorio (pack), tiene dos hijos, sigue trabajando de profesor en una escuela, pero de un pueblo más grande aún. Ya no se mete en líos de faldas, además tiene una tienda justo en frente de la escuela y una casa grande con viñedos. Siempre lo veo, se ve feliz.

"Joselito" trabaja de "segurata" en un supermercado de Ovalle, la cuidad más cercana. No se ha casado, cada vez que lo veo me invita a salir, la última vez que lo vi, me regaló un kilo de peras maduras.


Autora

Ahora, con 35 años, al presionar en mi mano la moneda de diez pesos ( la guardo entre mis tesoros más preciados) viene a mi memoria aquella simple alegría que sentía de niña al ir al quiosco a comprar chocolates con mis amiguitas (aunque debo reconocer que aún me sigue haciendo muy feliz zamparme un buen trozo de chocolate, me sabe a dulces besos). Luego de ese sentiemiento agradable, viene la melancolía del pasar de los años, 25 años no es nada, pero es la vida que se esfuma entre los dedos. Siento que voy por la vida como una pequeña arañita, tejiendo día trás día mi destino. Tantas veces cierro mis ojos y vivo en el universo adverso e infinito de mi cabeza, me gusta, pero cuando él viene y me besa, los abro y me pierdo y me pierdo y agradezco estar viva y haber vivido de la manera que lo hecho.

Estoy aquí, vivo en Palma de Mallorca, hace doce años que dejé mi pueblo. Tengo días buenos y días malos, pero estoy aquí en busca de momentos en los cuales vibrar de alegría y siempre sigo adelante.

Las Cuatro Estaciones

Verano

Casi es de noche, Mis ojos caen soñolientos, sola en mi sofá y divangando; cierro mis ojos y regreso a mi viaje.

Estoy en medio de unos matorrales, el sol está a punto de perderse entre los cerros de la tarde, diferentes tonos de verdes difuminados por todo el campo. El canto de los gallos resuma tranquilidad; corre un pequeño riachuelo y puedo sentir el agradable sonido del agua correr entre las piedrecillas que lo bordean, aumentando la sensación de paz. Hay también un inmenso peral al cual el viento agita sus verdes hojas, el árbol tiene un grueso tronco por el cual se puede trepar facilmente y disfrutar de una hermosa vista del valle; en la cima, rebolotean negros tordos hambrientos, disfruto de su canturreo, de la brisa. A unos cuantos metros se encuentra un viejo y casi seco níspero y bajo su mezquina sombra hay un perro con las orejas bajas que no para de gemir, tiene la mirada triste; de rodillas, dándome la espalda se encuentra una dulce niña de siete años, en silencio llora amargamente, sin consuelo. Me acerco un poco más, la observo, tiene el cabello negro y unos bonitos rizos caen por su frente, suspira; pequeñitas y frágiles son sus manos, como su cuerpo.

"Yo que no he querido ver,
 pero he visto,
que la niña,
que era muy niña e inocente;
de rodillas llora;
de repente, levanta su camiseta,
coge un puñal
 y con la punta busca su corazón e intenta clavarlo,
sigue llorando".

Vuelvo a mi sofá, intento dormir, mas no puedo.

                                                                 

Otoño

Vuelvo al bucólico paisaje y a la misma escena, me perturba su recuerdo.
Falta poco para el ocaso, cae la tarde, oigo pájaros, el riachuelo, el sonido del viento en el peral, las hojas que caen, los gemidos del perro... erizan mi piel.
Mi corazón late, miro al perro, observo a la niña, quiero acercarme a ella, pero algo me lo impide. De repente se escucha la voz de un hombre escondido entre los matorrales, ven a jugar le dice, ven a jugar conmigo, la niña temblorosa se va con él.; se pierden entre los arbustos.
 Los pájaros callan, huyen; el silencio rompre la tarde con estruendoso gemido, el viento empuja al sol y cae aquella noche terrible.

¡¡ Sufre mi niña !!
¡¡ Tan grande es su martirio!!,
Este día fatídico,
Que nunca se ha ido.
 Yo estuve a su lado
 y  no la he protegido
¡¡ Por Dios !!
 ¡¡ Cómo he podido !!

Vuelvo a mi sofá, me incorporo, observo el paisaje desde mi ventana. El otoño ya se ha llevado todas las hojas.


 Invierno

 Pájaros negros huidos,
 Riachuelo turbio,
 Todo de gris teñido.
Juega la niña con su cuchillo,
Levanta su camiseta
Alza su cuchillo

Esta vez, ¡¡por Dios!!
¡¡ Yo, no voy a permitirlo !!.
¡¡ Nooo!! grito con fuerza
y ella se desploma en un suspiro.

 La acojo en mis brazos, le digo que no llore, que me espere, yo volveré.
 Retorno a casa, a mi sofá, a planear mi cometido.


Primavera

Como prometí, volví, ella me estaba esperando. Ella sonríe, jugando vamos por el campo entre rondas y bailes mi niña, el perro y yo, ella poco a poco conmigo se va animando. La veo que esconde, con disimulo, bajo unas ramas aquella arma suicida, intenta que yo no la vea, pero Señor, gracias ¡¡Señor!!, yo ¡¡ sí !! le he visto.
Volvemos a reír, a cantar, a bailar y se va olvidando de aquel agudo filo. Ella quiere jugar y jugamos, ella quiere cantar y cantamos, ella quiere soñar y  le cuento hermosas historias de mundos lejanos. Imaginamos figuras en las nubes,ella encuentra conejos, carretas y dragones. Las nubes dan paso al sol y parece que el tiempo, ahí, los tres, detuvimos.
Regresamos a la sombra del níspero, en el riachuelo lavo su cara, baño su cuerpo herido; luego cortamos flores, olemos jazmines, hago una corona para su pelo, ¡¡Qué bella mi niña es !!. La beso, la abrazo con la dulcedumbre de Gabriela para un niño dolorido. La miro a los ojos, acaricio su pelo, le digo que es bella, que es inteligente, que es buena y que es inocente, no eres una historia triste, le repito; le sucederían cosas increíbles y le digo que la quiero. Al escucharlo, baja su tímida mirada, me regala una sonrisa, me besa  y me abraza más fuerte aún, dice que ella también me quiere. Luego da unos cuantos pasos, se pone de rodillas, levanta las ramas, coge el puñal y me lo entrega. Con alegría, dice que ya no lo necesitará.

Un último abrazo,
Un último beso,
La niña se va corriendo
Con los brazos abiertos.

El viento agita su pelo,
El viento agita su vestido
El viento me trae su risa,
Y del perro sus ladridos.
Los dos van felices
Por el campo florido.

La dicha hace ecos entre las montañas y los pájaros vuelan unidos,
Las nubes forman caras felices en el cielo azul y festivo,
Las flores se abren y el aroma fluye hasta el infinito;
La  fiesta alegre del campo.
¡¡ De mi niña hermosa, que sueños bonitos, ella persigue !!.

                                                                     ________

                                                                     
Bajo la sombra del níspero, yo permanezco.
La venganza es cosa de hombres
Y yo esta tarde soy un bestia

Venganza clama mi alma,
Venganza recorre mis venas.

 No tarda en venir,
No tardo en oír la voz del hombre de entre los matorrales.
 La danza de la muerte anda cerca,
Y no serán mis entrañas las perecederas

Agarro con fuerza el puñal
Y con la ira marcada a fuego
voy a su encuentro...



sábado, 12 de abril de 2014

Angélica


Tu sonrisa, el sonido de las olas del mar;
Tus cabellos, la brisa fresca del verano;
Tus brazos, un cálido hogar en duro invierno;
Tu olor, un jardín en primavera;
Tus caderas, kilómetros de tierra fértil,
Tus pechos, los más caros diamantes;
Tus labios, el más bello regalo;
Tus piernas, dos columnas sagradas
que en la cima, llevan al sol.

Soy yo, simplemente mujer.
Y mi cuerpo, mi amor
Es todo lo que tengo
Para darte...