domingo, 30 de diciembre de 2012

Ana Karenina

Este último tiempo, he recordado bastante (no sé bien por qué o más bien, sí lo sé) un libro que leí hace muchos años, Ana Karenina de Tolstoi.

Si no lo habéis leído os haré un pequeño resumen a grandes rasgos.

Ana Karenina es  una mujer con el corazón dividido. A un lado el deber, el marido, su hijo, lo malo conocido, una historia que se repite día trás día y noche trás noche. Al otro lado, la atracción, la pasión, lo desconocido y el riesgo. De fondo, una sociedad Rusa del 1870 con un anverso liberal y un reverso espiritual donde el adulterio tenía connotaciones sinietras, pero que se recrea en cualquier caso con cada uno de los malos pasos de los débiles de alma.

La historia apasiona porque es una historia tan vieja y peligrosa, atemporal y eterna que sucede en silencio al otro lado de cualquier pared, tras las cortinas de un hotel, mientras nuestra vida sigue.

Muerte. Pasión. ¿Amor? tal vez. Una novela siempre vigente porque trata sobre la vida humana, sobre cómo respondemos de cada uno de nuestros pasos y cómo cada uno de nosotros recibe su merecido.  Ana Karenina comete un error, que es casarse sin amor y entonces su vida se convierte en una cadena de errores. Ana abandona a su marido y también a su hijo y encuentra su perdición al tener que elegir entre "ser egoístamente feliz o cumplir con su compromiso". Ella quiere ser feliz, y la felicidad es algo egoísta.
Esa encrucijada es todavía una lucha cotidiana en miles de vidas anónimas.

Ana Karenina es autenticamente apasionada y con unas ansias incontenibles de  libertad, una heroína trágica. Lo sabrán en su macabro final, pero, aún así, mis respetos a Ana, yo te admiro.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Tregua



Noche eterna,
Noche mágica,
Noche ferviente,
Simple, impulsiva
Y fuego.

Puedo ser, por ti,
Todas esas cosas
Esta noche, amor.

Puedo volar más alto de lo que ves,
Caer después, mil metros bajo tus pies.

La luna me lleva,
El mar me abraza,
Tu sombra me arrastra,
Tus pasos se alejan;
Sigo corriendo trás de ti y seguiré,
Por eso sangran mis pies.

Nunca unos ojos me miraron como tú,
Ni unas manos se abrieron como tú,
Nunca tuve que bajar mi rostro,
Te miré y ahí fui para ti,
Noble amante del amanecer.

He sido alas de una gaviota,
He sido colmillos de un zorro
He sido junco en el lodo
Y miel en tu colmena.

Ven aquí, te espero,
No habrá preguntas, sólo besos.
Lo que tu ser no sabe,
Lo grita mi cuerpo.
Lo que tus labios imaginan,
Lo callan los míos.


No te merezco, lo sé.
Las gaviotas son grises en el Mediterráneo.
Mas, siempre en la vida con navajas jugué,
Mil cicatrices tengo,
¿Las ves?.

miércoles, 13 de junio de 2012

¡¡Puri!! ¡¡Puri!!

La semana pasada he empezado con mi rehabilitación de rodillas, ésto de ser media tullida es una mala cosa. No le cuenten esto a mi dulce amor, pobrecito él, cuando se vaya enterando que le salí con taras y sin garantía de devolución, qué va a pensar de mí, igual ya no me quiere más; pero bueno, igual le pude salir con problemas de alitosis o de gases intestinales crónicos. Siempre hay que ver que todo puede ser aún peor.

Como decía, empecé con la rehabilitación, me ponen electricidad en el músculo del vasto interno (parte interna de la pierna) para fortalecerlo a ver si consigo enderezar las piernas de alambre que tengo y  ponerlas como las de CR7. Ahí estoy unos 50 minutos cada día, 50 minutos de los cuales 25 me la llevo en la sala de espera leyendo el ¡Hola! y jodiéndome en lo guay que es la mansión de la Presley, posando hasta en el water con sus vestidos de fiestas y joyas que valen más que todo lo que tendré yo en mi perra vida....

Hace un par de días en la sala de espera miestras ojeaba ahora el Vogue, escuchaba desde otra habitación una dulce vocecita que cantaba a todo pulmón un antiguo bolero. Me pareció extraño porque ahí nunca se oye nada, más que el ir y venir de la gente vestida de blanco con ese olor raro y desagradable que siempre tienen los hospitales. Era mi turno, entré, me enchufó a la máquinita una chica rubia de cara alargada, muy simpática. De pronto empecé a oír ¡Puri! ¡Puri! ¡Puri! y comenzó la vocecita a cantar otra vez a todo pulmón, así un buen rato. Hasta que de repente entró en mi habitación Purificación Sánchez, la señora cantante, unos 70 años, muy guapa y elegante, con una sonrisa que iluminó aquella oscura, triste y fría habitación - ¡Hola preciosa!-, me dijo, ¿cómo estás?;  yo le respondí con otra amplia sonrisa, -aquí enchufada con mis rodillas tullidas- ¿y ud?  le pregunto - encantada de la vida - me responde ella y se pone a cantar nuevamente a todo pulmón, mientras la rubia le ponía la máquina de frío en sus cervicales.

 Puri terminó unos minutos antes que yo con su sesión de fisioterapi así que con ayuda logró ponerse de pié y se despidió cantando "Adiós con el corazón porque con el alma no puedo", me regala otra sonrisa y dice -Adios preciosa, que tengas un lindo día. Y se va cantando por el ancho pasillo, todos la miran sonrientes, la aplauden y dicen que vuelva mañana.  La hija de Puri avergonzada intenta acallar a su madre, la coge del brazo y llevándose el dedo índice a los labios le dice que se calle y la lleva entre risas  de complicidad de la gente que se contagia de su arrollador optimismo.

Llevo varios días escuchando a Puri y sus canciones, cada vez que voy. Debo confesar que me he convertido en una de sus fans tanto de su voz como de su jovialidad.

Hoy llegué a rehabiltación unos 10 minutos tarde y me encuentro a la hija de Puri en la sala de espera. La saludo cordialmente, me siento a su lado y le comento que su madre me llena de energía y me tiene encantada. La hija cambia la cara y me va contando su triste historia. Puri siempre está así de feliz porque no vive en un mundo real, hace unos años atrás en un voraz incendio en su casa perdió uno de sus hijos y también a su marido, lo perdió todo. Eso no es todo de joven solía cantar en las calles y las letras de aquellas alegres canciones es lo único que recuerda, Puri padece alzheimer.

 Me quedé muy triste, una verdadera tragedia. Creo que veces cuando es tanto el dolor nuestro cerebro nos obliga a olvidar, tal vez es mejor asi, olvidar, cantar y sonreír, siempre sonreír. Veo a Puri que sale de rehabilitación, la miro diferente y ella sonríe amistosamente.

Hoy es el último día que voy a rehabilitación, al verla le digo hasta pronto, le doy un fuerte y cariñoso abrazo como intentado darle consuelo, pero la que recibe amor y calor soy yo. Se aleja entre risas y canciones por el ancho pasillo. Me quedo pensando un rato lo injusta que he sido con mi vida, tantas veces disconforme con todo. Yo no he sufrido nunca lo que ha sufrido ella, pero tampoco soy tan feliz al cantar como lo es ella y ¡¡lo peor!! soy consciente de todo ello.

Voy a respirar a todo pulmón y a cantar tan alto como pueda para que todos escuchen una de mis tantas canciones favoritas: "Un año de amor" de la Luz Casal. Olé.


lunes, 11 de junio de 2012

Vida



La luna va cayendo y con ella mi cuerpo inerte,
las olas nos mecen e intentan salvarme
¡¡no lo consiguen!!.
El mar me acoge en su lecho, sabe que siempre lo amé;
el mar se apiada de mí, de mi cuerpo lánguido,
de mis piernas cansadas y sin fuerzas,
de mi rostro dulce y sin sonrisas,
de mis pechos yermos y llenos de sal,
El mar me abraza y yo continúo muerta.
Tú no lo sabes,  no me llorarás.

Esta noche soy más vulnerable que aquellos,
que yacen bajo los escombros de la furia de mi tierra,
ellos ya no sufren, viven en sus reinos.

Yo en mi soledad estoy fría, ella también me ha matado.

Negra triste alma mía, desazón,
estoy a mil metros bajo tierra...
pero aún así mis ojos siguen abiertos,
miro mi cuerpo sepultado y continúo viendo;
veo tu rostro, me alzo a besarte, no te alcanzo.

La muerte vino a buscarme y con ella, esta noche, me iré.

domingo, 20 de mayo de 2012

Mi Niño Precioso

Ayer vi a mi niño precioso,
está más hermoso
que un día soleado,
en primavera.

Él sonríe, él me abraza,
él me besa;
me dice cosas lindas,
me ha hecho el amor,
entre brisas y nieblas;
tocando el cielo andino,
allá, en la precordillera.

Me ha hecho suya,
danzando en la ladera,
mirando al Pacífico,
entre el sol, entre las nubes
de Tongoy y La Serena;
allá, él y yo fuimos uno
como el mar lo es a la arena.

Yo le veía, le veía, le veía;
mientras él contaba estrellas,
en el cielo contó millones,
entre mis pechos, las más bellas.

Mi dulce amor,
mi alocada pasión
yo estaré aquí,
para cuando tú vuelvas.

Por Choro y Aniñao


http://www.youtube.com/watch?v=CdPrhRpQ5KA

Sentada en mi terraza un domingo, (sin resaca), desayunando un café con leche y un grasiento cruasán, pierdo mi mirada en el horizonte azul, mientras escucho en el Cd a Gardel cantando Yira, Yira; Cd que traje de Chile y que compré en un boliche de mala muerte en el puerto de Coquimbo, mientras disfrutaba de un delicioso caldillo de congrio,  regado por unos buenos blancos y también "de los otros". Compré este Cd a un chaval que paseaba entre mesa y mesa del restaurante cantando desafinadamente con su guitarra los temas más entrañables del cono sur. Todo esto transcurría con el mar como telón de fondo.

"Verás que todo es mentira,
verás que nada es amor...
que al mundo nada le importa
Yira...Yira...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor..."
 
Decía el cantante. Lo pensé en aquel lugar mirando el Pacífico y lo pienso ahora, mirando el Mediterráneo, las letras de esa canción: son la pura y santa verdad.

Yo no sé si serán los tiempos que corren, pero me he dado cuenta la cantidad de malas personas que hay entre nosotros; demasiado insolidarios, demasiado desleales y egoístas. Nos aprovechamos de los más débiles o simplemente pasamos de ellos. En cambio no hacemos lo mismo con los fuertes, a los cuales admiramos, cuando la verdadera fortaleza radica en solidarizar con los pobres, débiles y desafortunados.

Veo cada día como gente insensata e insensible, descalifica y humilla a quien no tiene como defenserse. Yo me pregunto, por qué esa persona no humilla a los fuertes. Creo saber el por qué, son tan o más débiles como al que han avasallado, además de no tener un mínimo de inteligencia, educación o sensibilidad para con el otro.

Sigo escuchando con detenimiento la canción. No es un consuelo para los que sufren, de hecho, si yo estuviera en un mal momento y la escucho, me tiro del balcón, me tiro al tren, o al maquinista... mejor apago el Cd.

Haciendo zapping en mi memoria, recuerdo gente que he tenido la dicha o desdicha de haber conocido, me viene a la cabeza inmediatamente, una persona entrañable, mi tío Biolo (casado con una hermana de mi padre), apodo raro para una persona que se llama Exequiel, pero en Chile, pasan cosas muy raras. Él es de las personas más fuertes que conozco, no lo imagino llorando o diciendo algo dulce y tierno, pero con un corazón de oro. No posee educación, sólo la que da la vida misma, no tiene mucho dinero en los bolsillos, pero ni falta que le hace, pero sí es fuerte y grande entre los grandes. El año pasado lo ví con las dos patas dentro del cajón, moribundo, a causa de un maldito cáncer, débil y extenuado, aún así no se rindió. A pesar de su dolor jamás ví un gesto de flaqueza, pero con fuerza y voluntad sobrevivió. Ahora planta nuevamente cara al mundo, fuertote, irónico, como es él. Continúa con su voz grave y profunda, mandando a la mierda hasta al más pintao.

Me contó mi padre que un día de invierno, en la época que era pastor y yo ni siquiera un proyecto, estaba bebiendo en "El quita penas", una cantina de "Las Ramadas", un pueblito enclavado entre las montañas. De repente entra mi tío Biolo al boliche y pide una garrafa de tinto, cuando íban por la mitad y después de sin-cuenta rancheras, a mi tío se le ocurre preguntarle a mi padre qué hacía tan lejos de la zona de pastoreo. Mi padre le contesta que estaba de lacho (ligón) de una moza del lugar. Mi tío, sin decir nada empieza a quitarse los zapatos a lo cual mi padre le pregunta: ¿qué está haciendo?, a lo que mi tío responde ¿pero a dónde vas hombre con esos zapatos viejos, chuñentos y rajaos?; ¿qué va a pensar la familia de la "mina"?. ¡¡Toma gueon!!, anda a verla pa que al menos no te vean como el peliento que soy y espero que te vaya bien. Y ahí se quedó Don Biolo, tomando vino, tan ancho y a pata pelá.

Don Biolo se ha metido en cada lío defendiendo a capa y espada a cualquier pelafustán por el cual yo no hubiera dado jamás un duro. Recuerdo una vez en plena calle, medio pueblo con palos y piedras insultos íban, insultos venían y todos de grueso calibre, propinados a un ladrón de gallinas y huevos que pasaba los seis días de la semana borracho. Mi tío, se enemistó con medio pueblo defendiendo al ladronzuelo y mandándo a la mierda a todo el pueblo. Encima al que defendía, según sé, también le robaba a él. Ahí radica toda su fortaleza, nobleza y bondad.

Y como estas historias, tengo miles, si contara las veces que llegaba machucado porque le había caído una "mata de combos" encima por choro y aniñao, pero siempre decía "el otro culiao quedó peor que yo". Gente como él, difícil de encontrar, inteligente y feroz de los buenos, con un par de cojones le saca al mundo la cresta. Cómo sería que logró sacar las dos patas del cajón porque, ¡seguro!, la pelá tuvo miedo de llevárselo pa´l patio de los callaos.

Ya he filosofado bastante, me voy a ver si llueve en la esquina. Dejo la fría taza de café a medio beber en el fregadero, apago el Cd.  Me sirvo una copita de pisco Capel que me regaló mi abuela de Chile, vuelvo a mi terraza y pienso "feliz soy yo" aveces débil, aveces fuerte, pero qué más da... mientras halla gente como tío, Exequiel Campusano, que se vaya Gardel a hacer gárgoras con su Yira Yira, porque yo alzo mi copa y hago ¡Salud!, al Mediterráneo, por la gente buena.

sábado, 19 de mayo de 2012

En Paz

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

                                                           Amado Nervo.