La semana pasada he empezado con mi rehabilitación de rodillas, ésto de ser media tullida es una mala cosa. No le cuenten esto a mi dulce amor, pobrecito él, cuando se vaya enterando que le salí con taras y sin garantía de devolución, qué va a pensar de mí, igual ya no me quiere más; pero bueno, igual le pude salir con problemas de alitosis o de gases intestinales crónicos. Siempre hay que ver que todo puede ser aún peor.
Como decía, empecé con la rehabilitación, me ponen electricidad en el músculo del vasto interno (parte interna de la pierna) para fortalecerlo a ver si consigo enderezar las piernas de alambre que tengo y ponerlas como las de CR7. Ahí estoy unos 50 minutos cada día, 50 minutos de los cuales 25 me la llevo en la sala de espera leyendo el ¡Hola! y jodiéndome en lo guay que es la mansión de la Presley, posando hasta en el water con sus vestidos de fiestas y joyas que valen más que todo lo que tendré yo en mi perra vida....
Hace un par de días en la sala de espera miestras ojeaba ahora el Vogue, escuchaba desde otra habitación una dulce vocecita que cantaba a todo pulmón un antiguo bolero. Me pareció extraño porque ahí nunca se oye nada, más que el ir y venir de la gente vestida de blanco con ese olor raro y desagradable que siempre tienen los hospitales. Era mi turno, entré, me enchufó a la máquinita una chica rubia de cara alargada, muy simpática. De pronto empecé a oír ¡Puri! ¡Puri! ¡Puri! y comenzó la vocecita a cantar otra vez a todo pulmón, así un buen rato. Hasta que de repente entró en mi habitación Purificación Sánchez, la señora cantante, unos 70 años, muy guapa y elegante, con una sonrisa que iluminó aquella oscura, triste y fría habitación - ¡Hola preciosa!-, me dijo, ¿cómo estás?; yo le respondí con otra amplia sonrisa, -aquí enchufada con mis rodillas tullidas- ¿y ud? le pregunto - encantada de la vida - me responde ella y se pone a cantar nuevamente a todo pulmón, mientras la rubia le ponía la máquina de frío en sus cervicales.
Puri terminó unos minutos antes que yo con su sesión de fisioterapi así que con ayuda logró ponerse de pié y se despidió cantando "Adiós con el corazón porque con el alma no puedo", me regala otra sonrisa y dice -Adios preciosa, que tengas un lindo día. Y se va cantando por el ancho pasillo, todos la miran sonrientes, la aplauden y dicen que vuelva mañana. La hija de Puri avergonzada intenta acallar a su madre, la coge del brazo y llevándose el dedo índice a los labios le dice que se calle y la lleva entre risas de complicidad de la gente que se contagia de su arrollador optimismo.
Llevo varios días escuchando a Puri y sus canciones, cada vez que voy. Debo confesar que me he convertido en una de sus fans tanto de su voz como de su jovialidad.
Hoy llegué a rehabiltación unos 10 minutos tarde y me encuentro a la hija de Puri en la sala de espera. La saludo cordialmente, me siento a su lado y le comento que su madre me llena de energía y me tiene encantada. La hija cambia la cara y me va contando su triste historia. Puri siempre está así de feliz porque no vive en un mundo real, hace unos años atrás en un voraz incendio en su casa perdió uno de sus hijos y también a su marido, lo perdió todo. Eso no es todo de joven solía cantar en las calles y las letras de aquellas alegres canciones es lo único que recuerda, Puri padece alzheimer.
Me quedé muy triste, una verdadera tragedia. Creo que veces cuando es tanto el dolor nuestro cerebro nos obliga a olvidar, tal vez es mejor asi, olvidar, cantar y sonreír, siempre sonreír. Veo a Puri que sale de rehabilitación, la miro diferente y ella sonríe amistosamente.
Hoy es el último día que voy a rehabilitación, al verla le digo hasta pronto, le doy un fuerte y cariñoso abrazo como intentado darle consuelo, pero la que recibe amor y calor soy yo. Se aleja entre risas y canciones por el ancho pasillo. Me quedo pensando un rato lo injusta que he sido con mi vida, tantas veces disconforme con todo. Yo no he sufrido nunca lo que ha sufrido ella, pero tampoco soy tan feliz al cantar como lo es ella y ¡¡lo peor!! soy consciente de todo ello.
Voy a respirar a todo pulmón y a cantar tan alto como pueda para que todos escuchen una de mis tantas canciones favoritas: "Un año de amor" de la Luz Casal. Olé.
miércoles, 13 de junio de 2012
lunes, 11 de junio de 2012
Vida
La luna va cayendo y con ella mi cuerpo inerte,
las olas nos mecen e intentan salvarme
¡¡no lo consiguen!!.
El mar me acoge en su lecho, sabe que siempre lo amé;
el mar se apiada de mí, de mi cuerpo lánguido,
de mis piernas cansadas y sin fuerzas,
de mi rostro dulce y sin sonrisas,
de mis pechos yermos y llenos de sal,
El mar me abraza y yo continúo muerta.
Tú no lo sabes, no me llorarás.
Esta noche soy más vulnerable que aquellos,
que yacen bajo los escombros de la furia de mi tierra,
ellos ya no sufren, viven en sus reinos.
Yo en mi soledad estoy fría, ella también me ha matado.
Negra triste alma mía, desazón,
estoy a mil metros bajo tierra...
pero aún así mis ojos siguen abiertos,
miro mi cuerpo sepultado y continúo viendo;
veo tu rostro, me alzo a besarte, no te alcanzo.
La muerte vino a buscarme y con ella, esta noche, me iré.
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